1. ¿Podrías nombrar dos factores, según el texto, que contribuyeron a la expansión desigual de Buenos Aires, donde algunas áreas se volvieron más ricas que otras?
2. ¿Podrías nombrar al menos dos ejes de circulación que históricamente impulsaron la expansión inicial de la ciudad de Buenos Aires, según el texto?
3. ¿Cómo influyó la difusión del transporte automotor en la expansión de la ciudad de Buenos Aires?
4. Considerando el texto y tus conocimientos sobre la historia de Buenos Aires, ¿cómo demostró la inmigración, tanto ultramarina como interna, ser un factor clave en la configuración y expansión de la estructura urbana de la ciudad, y qué consecuencias sociales y económicas trajo aparejado este proceso?
5. Basándote en el texto, ¿cómo podrías explicar la relación entre el desarrollo del sistema de transporte en Buenos Aires y la expansión de las zonas urbanas, y cómo esto afectó a las diferentes clases sociales?
6. Teniendo en cuenta el texto proporcionado sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y considerando los desafíos que implica la gestión de una metrópolis tan extensa y heterogénea, ¿cómo influiría la mejora del sistema de transporte público en la reducción de las desigualdades sociales y en la distribución de oportunidades dentro del AMBA?
La ciudad de Buenos Aires es una enorme y compleja entidad urbana en la que se presentan situaciones contrastantes. En primer lugar, se trata de una extensa aglomeración que, en su crecimiento, ha involucrado unidades territoriales diferentes como son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un conjunto de partidos o municipios de la provincia de Buenos Aires que rodean a la ciudad capital. A este conjunto de unidades políticas afectadas por la aglomeración se la denomina Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA); el mapa de página 215 (doc. 8) representa el AMBA y su relación con la mancha urbana de la aglomeración. Esta heterogeneidad territorial hace que el gobierno y la gestión de la gran ciudad sean muy complejos, pues los intereses en juego son a veces contradictorios y dificultan el logro de tareas comunes, como sucede con temas tales como la gestión ambiental o el transporte metropolitano.
La gran metrópolis es el mayor núcleo de actividad económica del país, tanto por el valor de su producción como por el mercado de trabajo que genera. Toda la gama de actividades comerciales y de servicios están presentes en ella, al tiempo que sus actividades industriales son las más complejas y diversificadas.
Concentra también las mayores desigualdades sociales y los problemas más serios y complejos, que afectan a un volumen de población muy grande. En la gran urbe conviven la pobreza y la riqueza, así como las mejores y las peores condiciones de empleo y habitación.
La metrópoli actual es el resultado de un largo proceso de crecimiento, que ha estado en relación con contextos sociopolíticos y modelos de desarrollo económico específicos de cada momento. Se ha formado a partir de un impulso urbanizador que partió del núcleo histórico del centro de la ciudad y que fue incorporando nuevos espacios periféricos a medida que se hizo necesario. Y acentuó la situación ya planteada en los orígenes de su localización, donde los sectores sociales más acomodados se ubican en el centro y los más pobres, en la periferia.
La expansión de la ciudad se basó, en gran medida, en los ejes de circulación tradicionales y tuvo apoyo en los medios de transporte existentes en cada momento. Así, por ejemplo, en los primeros momentos la ciudad se desarrolló a lo largo del Camino Real hacia el oeste; en el camino hacia San Fernando y Tigre al norte, o hacia Barracas al sur en torno a la desembocadura del Riachuelo. Luego, los ejes tranviarios y ferroviarios consolidarían este crecimiento que tomó la forma de tentáculos, en la medida en que la ciudad creció a lo largo del ferrocarril, incorporando en este aumento algunos pueblos que, hasta entonces, habían sido independientes.
Este crecimiento no fue homogéneo. La disponibilidad de medios de transporte más o menos eficientes, o de tierras con mejores condiciones para la ocupación urbana que otras, fue definiendo áreas más ricas y más pobres en términos de equipamiento urbano y de la condición socioeconómica de sus habitantes. En general, el eje norte de la metrópoli concentró a la población de mayor nivel socioeconómico, en relación directa con la disponibilidad de tierras altas y de los mejores servicios de transporte.
Posteriormente, la difusión del transporte automotor permitió acceder a las tierras alejadas del ferrocarril, y la ciudad creció entonces rellenando los intersticios vacantes. En muchos casos, estas tierras eran poco aptas para la ocupación debido a que eran inundables o a que estaban en contextos industriales contaminados. Han sido ocupadas mayormente por población de nivel socioeconómico más bajo.
El proceso general de expansión urbana acompañó etapas de crecimiento poblacional y contextos económicos diferentes. Mientras las primeras coinciden con la gran inmigración ultramarina y con la ciudad vinculada al período agroexportador, las siguientes (y en particular aquella relacionada con el transporte automotor) corresponden al gran crecimiento poblacional asociado con la inmigración interna y la expansión industrial. La localización de las actividades económicas predominantes en cada momento también fue diferencial, condicionó el asentamiento de la población y definió en gran medida la movilidad cotidiana dentro de la ciudad, como los desplazamientos desde el lugar de residencia hasta el de trabajo.
Fuente: GEOGRAFÍA - Argentina en la Globalización - Editorial Santillana. (páginas 206 y 207).